La democracia, esa religión antropoteísta

«La verdad no se determina mediante el voto de la mayoría» 

Benedicto XVI

«…España será lo que digan las papeletas electorales. ¿Y si vuelven a decir ferocidades y blasfemias, como tantas veces han dicho? ¿Y si vuelven a dar el triunfo a los que preconizan el suicidio de España?

Ya es hora de acabar con la idolatría electoral. Las muchedumbres son falibles como los individuos, y generalmente yerran más. La verdad es la verdad (aunque tenga cien votos), y la mentira es mentira (aunque tenga cien millones). Lo que hace falta es buscar con ahínco la verdad, creer en ella e imponerla, contra los menos o contra los más. Esa es la gran tarea del conductor de masas: operar sobre ellas para transformarlas, para elevarlas, para templarlas; no ponerlas a temperatura de paroxismo para después pedirles (como en el circo de Roma la plebe embriagada) decisiones de vida y muerte. Y este deber (gloriosamente duro) es tanto más apremiante en nuestra España, donde cien años de desaliento y de pereza han sumido a nuestra masa en la más desoladora mediocridad. Todo lo que se haga por sacudirla será poco»

José Antonio

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