
El archivo de Estudio y Acción se ha visto complementado con una serie de originales, publicados en Francia, que recogen la tremenda preocupación con la que el país vecino veía las actuaciones del Frente Popular respecto a la protección del patrimonio y el abuso sobre la población civil en la guerra civil española.
A nivel propagandístico, y en las novedosas relecturas de la historia con las que nos sorprenden últimamente, son permanentes la referencias al apoyo que el Gobierno segundorrepublicano encontraba en el Gobierno francés. ¿La verdad? Habría que preguntarse muchas cosas; ¿cuál fue realmente su posición? ¿por qué fue precisamente Francia quien promovió el Comité de No Intervención, también conocido como Comité de Londres, en 1936? ¿cuál era la opinión real del pueblo francés con el devenir de la Republica Española en revolución sin control?
Ya el embajador Herbette, como nos presenta Juan Avilés Farré en su estudio Francia y la guerra civil española: Los límites de una política, era consciente de los peligros de la situación española. Y, si bien “El 17 de abril informaba que ésta parecía encaminarse hacia un choque entre los militares de derechas y las masas populares de la extrema izquierda, sin que el Gobierno tuviera la previsión ni la autoridad necesarias para dominar elconflicto”, defendía que la posición de izquierdas beneficiaba a Francia. Esto, que, a nivel geopolítico, sería compartido por cualquier estadista, no coincidía con el sentimiento del pueblo francés, pues, como en el mismo trabajo se recoge, “… los acontecimientos españoles, incluso antes del inicio de la guerra, contribuyeron a agudizar la ya profunda división de la opinión pública francesa. El habitualmente moderado Le Temps, al que se tenía por cercano a los puntos de vista del Quai d’Orsay, llegó a escribir el 19 de abril que los propósitos revolucionarios eran los mismos en ambos países, pero que en Francia se estaba en la primera fase de las operaciones y en España en la segunda: «primero, la papeleta de voto; después, la antorcha y el revólver». El estallido revolucionario que siguió al 18 de julio, en las áreas en la que el levantamiento militar fracasó, exacerbaría al extremo esta actitud, con lo que cualquier ayuda del Gobierno Blum a la República Española habría ido directamente en contra de los más profundos sentimientos de un sector importante de la opinión francesa”.
Hoy ponemos a disposición del lector ejemplos de como se percibía con horror lo que estaba pasando en España en la retaguardia del Frente Popular, documentos[i] que invitamos a descargar y que preferimos no comentar ya que su fuerza y valor están en sus propias páginas.



Quizás movidos por lo que leían y veían, fueron unos 2 000 franceses los que combatieron en el bando nacional español, integrados en diversas banderas legionarias, pero, de ellos cabe destacar los 500 que, con base en Talavera de la Reina, integraron el Batallón Jeanne d´Arc, que, como demuestra en su estudio …Mitos y realidades de la bandera Jeanne D´Arc (1936-1939) Hélene Dewaele Valderrábano, fue también excusa, punto de unión y de contacto entre el Gobierno de Burgos y el francés, fortaleciendo el primero la relación con los representantes de este último y diputados que se posicionaban a favor del bando nacional. “…diputados y miembros del Gobierno apostaban por Franco en nombre de la defensa de la paz: Malvy, como hemos dicho, pero también Herriot, Laval, Flandin, Daladier, Chautemps —président du Conseil en marzo del 38 y vice-président du Conseil entre abril del 38 y septiembre del 39—, Yvon Delbos —ministre des Affaires Étrangéres hasta marzo del 38—, Georges Bon-net, su sucesor en abril del 38…”. Esto concluyó con el reconocimiento por parte de Francia, mediante el acuerdo Bérard-Jordana, de 25 de febrero de 1939, del Gobierno de Franco como el legítimo de España.
[i] DOCUMENTOS DIGITALIZADOS (PDF):