‘Los carga el diablo’. ¿Soberanía?

 Ha pasado ya más de una semana de esto. Me encontraba tranquilamente comiendo con la familia reunida, un domingo, charlando de temas varios sin mucha importancia. Terminado el condumio, decidimos poner un poco la televisión y llegar a tiempo al noticiario, aunque fuese al de nivel regional o autonómico.

      Puesta entonces la caja tonta, se dio un breve repaso a la actualidad política, económica y social. Hay secciones en las que se paran los reporteros y le dedican más tiempo que al resto, en especial cuando son asuntos que consideran de mayor relevancia. El que hizo que saltaran mis alarmas estaba relacionado con la cuestión planteada de reformar la Constitución de 1978.

     Dejando a un lado discrepancias personales con el citado texto, lo que provocó en mí una reacción de molestia, un leve enfado, fue cuanto se dijo en relación a una consulta en la que el pueblo español se pronunciase sobre dicha modificación. La reportera dijo que, tras las bambalinas, estaba contemplándose la posibilidad de formular el referéndum con muchas reticencias y miedo porque, según se comentaban en pequeños corrillos, ‘los  carga el diablo’, dijo tal cual.

los-carga-el-diablo-2-0

      ¿A qué se debe esta calificación peyorativa a la expresión de la voluntad del pueblo? ¿Por qué ahora la máxima manifestación de la soberanía popular en las “democracias representativas” resulta algo reprobable? ¿Es porque en Inglaterra salió el SÍ al Brexit, a pesar la campaña que montaron los medios en su contra? ¿Se debe a que Trump derrotó a Clinton pese a tener en su contra a más de 200 cadenas de comunicación (nada más que en EE.UU)? ¿Será porque en Colombia dijeron NO a un primigenio acuerdo con las FARC que no hacía justicia, aunque lo vendiesen los medios como aceptar o no la paz? ¿O el motivo es que el pueblo italiano ha aprovechado una consulta para quitarse de encima Renzi el bonachón, referente “socialdemócrata” en Europa?

      Sea como sea, el proceso seguido por el establishment ha sido el mismo: a través de sus potentes medios de manipulación masiva han vendido una opción como demoníaca y la otra como mesiánica, de acuerdo siempre con los intereses que tuviese.

      La metodología es la siguiente: le ofrece al pueblo una visión fragmentada y contaminada de la realidad para obtener de él la legitimidad necesaria y así efectuar los cambios que más le convenga. Si no funciona la jugada, viene la propaganda posterior para descalificar la opción que menos favorable le era, entrando en un análisis sesgado e incluso insultante del votante que ha optado por elegir lo opuesto a lo vendido, descalificándolo de forma expresa y tácita, sin cortarse en provocar el abandono del aparente “lenguaje imparcial” de los medios que el establishment controla.

      Resulta pues, que la tan buena democracia que nos han vendido en las distintas naciones está dejando de ser respetable a raíz de que el pueblo empiece a despertarse, hablar, expresar su voluntad y ejercer, poco a poco, su soberanía.

      Se aprecia un cambio de tendencia a nivel europeo y mundial resultado de un lento pero profundo y firme proceso de hartazgo, y las élites económico – financieras se ponen nerviosas ante esto, ya que empiezan a ver su estatus amenazado. Se acercan las elecciones en Francia y esto puede suponer un punto de inflexión histórico.

     Sea como sea, los cimientos de esta sociedad engañada y manipulada empiezan a resquebrajarse.  Vivimos la antesala de cambios históricos que nos llevarán a horizontes desconocidos, y ante esta situación de incertidumbre aflora el miedo en quienes tienen motivos para tenerlo. Por eso ‘los carga el diablo’.

RICARDO

¡Comparte!
Facebook
X
LinkedIn