Sirva esto como carta de presentación de una nueva sección semanal en el ilusionante proyecto de PASO AL FRENTE. Sirva como forma de escapar; manera de volcar los pensamientos, reflexiones, dudas, ideas, sentimientos y emociones que me atosigan desde que sale el sol hasta que se pone, que me visitan en sueños y logran no dejarme descansar.
Cada mañana me acompañan ojeras que no hacen sino reflejar la paradoja permanente en la que vivo: cansado, pero cargado de energía; atormentado por la tristeza, pero rebosante de alegría; vapuleado por la realidad y el futuro, pero lleno de fuerza para combatirlos. I’m a rock, diría Paul Simon.
Esta continua contradicción no es sino la consecuencia de una llamada que noto con inquebrantable arraigo en lo más hondo de mi ser; un grito frente a esta obra de teatro que denominamos mundo. Ante dicha voz, no queda otra que responder: dejar de mirar hacia abajo, asustado, y levantar los ojos, alzar la frente y apuntar con el mentón al desafío que se nos desvela desde la lejanía.
Quedan, pues, expuestas mis beligerantes intenciones. Sabiendo entonces que os encontráis ante un soldado, os rebelaré que soy más que eso, dada mi vida jurada como templario. Me considero hombre noble y directo, así que os mostraré también cuales son las armas de que dispongo para llevar a cabo esta particular cruzada; sea mi mandoble la pluma; y la fe y la razón, los brazos que lo empuñan. Paso al Frente, lanza con la que penetrar en vuestra mente, lectores. El apoyo que nos dais, mi escudo. Las reflexiones provocadas, ungüento para mis heridas y medicina para mis dolencias.
Tened claro que me hallo en el castillo; he terminado de poner las monturas al caballo. Este jinete parte tras la aventura. Veo un horizonte lejano, y, hasta que mi particular Rocinante no pueda más, no pararé de cabalgar.
Minervo