Series: ‘Black Mirror’ (2016)

Si no estas familiarizado con Black Mirror debes saber que está concebida como una serie de capítulos antológicos e independientes con un denominador común: nuestra relación en alza con la tecnología y todas sus formas.

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Charlie Brooker, su creador, es consciente del intrusismo de esta ciencia en nuestro día a día, que, sumado a la perversa condición humana y al irónico sadismo que le imprime, nos conduce a una nociva sátira futurista cuya reflexión crítica abarca desde los medios de comunicación a la política, así como la racionalidad tecnológica frente a la irracionalidad humana. Pertinente, útil y una evidentísima criatura de nuestro tiempo, Black Mirror adquirió el merecido atributo de clásico instantáneo, porvenir de un futuro que se nos presenta errático e incierto. Otro gran acierto es su formato, claro, conciso y autoconclusivo; historias repletas de tensión, angustia y estrés cultural, dudas, miedo y mucha reflexión.

      Un primer ministro forzado a mantener relaciones con un cerdo en la televisión publica; una distópica realidad en la que los «me gusta» rigen la sociedad; un chaval chantajeado por su propia webcam… éstas son algunas de las situaciones que muestra la terrorífica propuesta de Brooker.

      Ahora encarando su tercera temporada, lo más recomendable es evitar comparaciones entre sus historias y tratarla como lo que es, una creación audiovisual original e ácida e ingeniosa que se defiende por sí sola, un llamado a la reflexión, al pensamiento libre y la originalidad. Una pequeña joya televisiva. Un augurio de lo que está por venir.

QUIQUE

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