Todo el mundo sabe que cuando al gato se le da leche, luego querrá galletas, o que cuando se da la mano, muchas veces se coge el codo. Pues bien, es algo que en el PPSOE o no sabían, o más bien les ha importado un rábano.
En mi opinión, el “problema catalán” es muy sencillo, es cosa de niños. Desde el año 78, a la Ley Electoral gracias, los partidos políticos catalanes han tenido la llave de la Moncloa, por eso no se escucha una réplica a la Ley desde Vascongadas o Cataluña.
La traducción de esta possessionem es en la práctica un quiero esto y aquello a cambio de dicha llave. Es como haber criado a un hijo consentido, y mimado y mal criado, a base de dinero y concesiones, sin llamarle nunca la atención por su nefasto comportamiento con el resto de sus hermanos.
Primero, Suárez. Estatutos para todos, total, por aquel entonces los daban con el ABC. Con González, se aprobaron las leyes que hoy en día tienen peores consecuencias, las de educación. Se ha permitido una enseñanza a dos generaciones de una manera nauseabunda, pornográfica. Sectaria y doctrinaria, dogmática. A los estudiantes madrileños los ponen con los Erasmus y a los niños chicos les cuentan mentiras históricas, al igual que les riñen por hablar castellano. El resultado es una generación ciega educada en la mentira. Y nada se hizo desde Madrid, ya que tenían en su mano el que se pudiera gobernar.
Con Aznar, dinero para todo lo que querían, financiación cero, etc. Casi igual o más grave que lo anterior. Y cuando hubo que renovar el estatuto, porque todo lo que tenían y querían no cabía en el anterior, no se ponían de acuerdo entre ellos, el Parlamento Catalán nunca lo hubiese aprobado. Y aquí aparece el genio y figura hasta la sepultura de ZP (yo al principio pensaba que era malo, después me di cuenta de que sencillamente era gilipollas) para ir hasta allí a arreglar un problema que iba a poner fin a la tontería separatista.
Y la gran desgracia de todo, que la patata parece a ir a estallarle al inmovilista de Rajoy, poco amigo de lo político en general.

A este hijo mal criado le han ido subiendo las pagas, le han comprado una moto cuando ha querido, un coche, y nunca se le ha puesto en su sitio, mientras que a sus hermanos no se les ha dado ni la mitad. ¿Qué es lo que pasa cuando se le dice que no, por primera vez a sus 40 años, al pedir que le compremos un piso para poder vivir el solo, y que le paguemos la luz, el agua, la contribución, el gas, y que le demos la legítima (ellos lo llaman deuda, los caraduras)? Pues que se cogen la pataleta ridícula y sobreactuada que les hace ser el hazmerreir de Europa, cual niño chico.
Eso es todo el problema, que en Madrid no sabían que el NO también educa.