¡Viva el 2 de Mayo!

¿Por qué celebramos el 2 de yo de 1808 y no el 17 de abril de 1814? Porque supuso el principio del fin de los franceses. Día de arranque desesperado y heroico. Día de gritar basta. Sin medios ni posibilidades. Con todas las de perder. Como españoles sin excusas. Levantamiento de toda España representada en Madrid. No fueron sólo procedentes de la capital los que iniciaron la expulsión de los franceses. Enfrentándonos al centralismo liberal y sus horteras fiestas autonómicas, es importante como curiosidad recalcar -citando a Enrique de Aguinaga- «que los tres héroes del Dos de Mayo de 1808, los tres héroes de la gesta de Madrid, no eran naturales de la Villa, titulada como Muy heroica por esta gesta. El capitán Luis Daoiz era de Sevilla; el capitán Pedro Velarde, de Cantabria; y el teniente Jacinto Ruiz, de Ceuta ». Añadiendo que de las «237 víctimas del Dos de Mayo con nacimiento conocido, resulta que las naturales de la villa de Madrid son el 18,5 por ciento del total y, por lo tanto, las víctimas nacidas fuera de la villa de Madrid son el 81,5 por ciento restante. No se trata de reducir a simple estadística toda una gesta heroica; pero, con plena evidencia, los números prueban que, en definitiva, la gesta heroica del pueblo de Madrid es una gesta del pueblo español».

Los más cenizos afirmarán que el 2 de Mayo no es una fecha a celebrar por la cantidad de muertos que hubo hasta el el fin de la guerra de independencia en 1814, pero la victoria moral del 2 de mayo es indiscutible. Perdimos hombres y mujeres pero ganamos un camino claro y firme hacia la recuperación de nuestra Patria. El 2 de mayo de 1808 perdieron los franceses, como acabaron perdiendo la guerra entera.

Fragmento de la «Oda al Dos de mayo», de Bernardo López García

¡Guerra! clamó ante el altar
el sacerdote con ira;
¡guerra! repitió la lira
con indómito cantar:
¡guerra! gritó al despertar
el pueblo que al mundo aterra;
y cuando en hispana tierra
pasos extraños se oyeron,
hasta las tumbas se abrieron
gritando: ¡Venganza y guerra!

La virgen, con patrio ardor,
ansiosa salta del lecho;
el niño bebe en su pecho
odio a muerte al invasor;
la madre mata su amor,
y, cuando calmado está,
grita al hijo que se va:
«¡Pues que la patria lo quiere,
lánzate al combate, y muere:
tu madre te vengará!»

Y suenan patrias canciones
cantando santos deberes;
y van roncas las mujeres
empujando los cañones;
al pie de libres pendones
el grito de patria zumba
y el rudo cañón retumba,
y el vil invasor se aterra,
y al suelo le falta tierra
para cubrir tanta tumba!

¡Mártires de la lealtad,
que del honor al arrullo
fuisteis de la patria orgullo
y honra de la humanidad,
¡en la tumba descansad!
que el valiente pueblo ibero
jura con rostro altanero
que, hasta que España sucumba,
no pisará vuestra tumba
la planta del extranjero!

img 5471 1
¡Comparte!
Facebook
X
LinkedIn