No podemos permitirnos entrar en un proceso de estancamiento, aburguesamiento y narcisismo. Se equivoca rotundamente el que piensa en la revolución como un cuadriculado ente capaz de permanecer estático ante la ida y venida de todos nosotros.
El DEBER no está ahí para uso y disfrute esporádico; repito, se equivoca quien lo piense. Quien no lo entienda ha de tener claro que éste NO es su sitio. Este punto de encuentro sólo pertenece a los que creemos en la VERDAD; no somos pocos los que, huyendo de pasajeras modas, vemos Paso al Frente como vía creativa, lugar de encuentro para estudio y formación; como corriente de opinión, siempre inquieta y decisiva. Paso al Frente, afirmativamente, como proyecto que nos pertenece y que sólo nosotros hacemos posible con tiempo y sacrificio.
Luchando contra enemigos, cómplices y traidores, admito haber sentido a veces la terrible tentación de querer desfallecer; por suerte, cuento con Dios para reformular estas cuestiones: ¿qué futuro quiero para mis hijos? ¿qué mundo nos merecemos sólo por ser humanos ? ¡Y vuelve la fuerza! Siempre hubo un en la historia puñado de mujeres y hombres que se encargó de soñar con cambiar el planeta. Con mejorarlo, con hacerlo justo. Ese papel nos toca hoy a nosotros: el de no admitir la inadmisible realidad. Y lo conseguiremos con tres ingredientes clave: ESFUERZO, COMPROMISO E ILUSIÓN.
La revolución pendiente llegará, y, con ella, se implantará el necesario cambio. Fecundaremos España con el amor a lo bello, la dignificación del trabajo y el arraigo de lo social. Alzaremos la Patria, siempre arriba, empujándola con nuestras propias manos.
¡Erradicar la situación actual es nuestra responsabilidad!
Nuestro estilo debe ser fresco, inconformista, joven, nuevo y rebelde. Por ello, todas las propuestas de acción y las ideas que recibamos siempre serán pocas.
Que no desaparezcan, Señor, las pocas almas españolas que no están ganadas por el odio.
JULIO FÍGARO